sábado, junio 10, 2006

TETUAN, MI AMOR / ABU KAIS


TETUAN, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD… ¿QUIEN DIJO ESO?

Una ciudad de cualquier país del mundo puede ser nominada como “patrimonio de la Humanidad” siempre que reúna una serie de normas o condiciones. Tetuán, se dijo en la prensa nacional que gozó de ese honor si bien, en la ciudad blanca y desde entonces, no hemos visto todavía ningún proyecto de rehabilitación o remodelación digno de ser mencionado e interpretado como elemento de ese nombramiento.
Como ejemplo muy cercano puedo hablar de las obras realizadas en “La Tintorería” tradicional o Dar Dbagh de la ciudad del Dersa. Quienes puedan pasar por allí verán un dascalabro monumental que no acaba de terminarse.
Quienes pasen por la Puerta del Cementerio, Bab Al Makaber o Puerta de Sebta e ir hacia Bab Nuader o Puerta de Tánger pasando por las porquerías de la calle Laayún, verá-desde las siete de la mañana hasta las diez de la noche- una sinfonía de basuras puesta a la venta en ausencia de responsables de la higiene y del Ayuntamiento.
Quienes puedan pasar por Jamaa Al Kasba, desde Sok El Hut hasta Al Uesaa, o plazuela Pedro Antonio de Alarcón como se llamaba antes, verá sobre mesas y manteles toda clase de basura y utensilios deteriorados puestos a la venta nada más que colindando con la casa del refundador de la vieja Medina tetuaní Sidi Ali Mandarí.
Si pasamos por gran parte del casco viejo de la Medina, pocos sabremos que estaremos pisando los techos de las mazmorras que hace cinco siglos albergaban, según algunos historiadores, hasta treinta mil presos. Esas mazmorras; conocidas por el nombre de “Matamer” podrían suponer un buen motivo de ingresos para el turismo si se rehabilitan y vuelven a adecuar para el turismo.
Si cruzamos la calle Mohamed V, inicialmente la más decente de la ciudad, veremos a centenares de manteleros vendiendo diferentes productos sobre sus manteles entre el Feddán y la Plaza Mulay el Mehdí con descaro y libertad total.
Llegando a la Iglesia de la mencionada Plaza, encontraríamos a decenas de jóvenes vendiendo centenas de portátiles de dudosa procedencia.
Lógicamente, todo ello engendra masas humanas que facilitan la presencia de los carteristas que tienen durante todo el año su “propio agosto”.
El Jardín de Cajigas o Riad Al Och-chak, como tradicionalmente se le conocía, lleva más de dos años en una remodelación que debía durar, según una plataforma del proyecto, tres meses. Unico jardín para la ciudad catapultado en el abandono y en el olvido como si nada estuviese pasando.
Quien quiera darse un paseo o ir de compras por la calle Trankat o Msdah, por ejemplo, se verá imposibilitado de moverse y rodeado de carteristas por culpa de los dueños de las tiendas que sacan sus productos fuera de sus tiendas dejando a estas vacías y atragantando la vía de los ciudadanos que quieren atravesar esas calles. De las basuras y ventas de pescado en medio de la calle, con las consecuentes alteraciones y malos olores hablaremos en otra ocasión.
Del pabellón cubierto de deportes mejor no hablar. Empezó a construirse cuando yo era joven y ha pasado tanto tiempo que espero estar vivo aún para verlo a la juventud de esta pobre ciudad.
Lo más curioso es que en la ciudad, antaño Blanca Paloma, no existe ni una papelera en una calle para que los ciudadanos podamos depositar los desperdicios por las calles. Esto convierte a Tetuán en la papelera más grande del mundo… lo que la convierte de “patrimonio a asquerosidad” mientras nuestro Ayuntamiento sigue pensando en cosas más ilógicas como invitarnos a los hinchas del Real Madrid a comer a costa del dinero público. Si ese dinero se hubiese empleado en comprar papeleras para la ciudad, los madridistas- los que asistieron y los que no aceptamos estar- se lo hubiéramos agradecido a nuestros responsables… de igual forma se lo hubiesen agradecido los barcelonistas que se infiltraron de gañote en las comidas.
De paso, hay que preguntarse si la Peña del Mogreb de Tetuán ha gozado alguna vez de alguna subvenció de tan sólo mil Dh por ejemplo.
Así es Tetuán, señores. Ni patrimonio ni nada. Sólo palabras que riman pero que no dicen nada.
Mientras tanto, esperemos que algún día sea nuestra ciudad, verdaderamente, patrimonio, al menos, de sus ciudadanos.

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