lunes, abril 30, 2018

Nacho Falgueras, memoria campogibraltareña.

Palabras escritas… nunca leídas.
Homenaje a Nacho Falgueras.
Por: Ahmed Mgara

Nunca llegué a conocer a Nacho Falgueras pero todo algecireño me hablaba de él.
De espaldas a la mar descansan su Camarón y su Paco de Lucía, el mismo cincel, la misma fragua,  las mismas manos maestras.
En las dos espaldas vi crecer el arte de la finura.
En las dos estatuas vi brotar el alma del maestro de la ricura.
Y, si las dos estatuas no se mueven, es por respeto a la voluntad de Nacho Falgueras, padre de las dos criaturas.
El silencio entorna la mirada de Paco, bañándola de melancolía y de profunda inmensidad.
 Las gaviotas paran su vuelo para admirar el dolido metal.
El sol gira sus  sincronizadas miradas para darle sombra a la vivacidad de la estatua musical.
 Y ¿qué hago yo, aquí, mirando tanta inmensidad?

Paco y su guitarra clavaron el estandarte de Algeciras donde se ve la estrella polar, ahora, su estatua, invade la imaginación que la pupila no puede alcanzar.
El bronce, en esa estatua, se transforma en rico metal, no importan ni el tiempo ni la edad.
La Barrosa, con su Tico Tico, me susurra al oído que la cepa andaluza está entre dos aguas; que La almoraima está en el Monasterio de sal.
Y, embebido por la sombra, con el lacrimal herido por el recuerdo,  me entona una Malagueña, seguida de una Rumba improvisada por la nostalgia y su majestuosidad.
Se acercaron las desperdigadas nubes a la sombra de la estatua, sobrevolaron las arterias de esas manos  aladas que  las cuerdas de su guitarra acariciaban, mientras se amarraban.
Las escamas saladas de mar navegaron en el aire para rendirle pleitesía a la sublime estatua y a su metal.
Hasta el pedestal intentaba elevar la mirada, pero sin moverse, para no enturbiar la melodía del maestro más especial.
Dios mío y de la Creación ¿Hasta cuándo seguirá la estatua de Falgueras sin moverse del mundo mortal?
Ahí yace la fuente del alma, mientras la mano sabia de Falgueras se funde entre los diestros dedos de la estela de Algeciras, en sacra sinfonía.
Es suplicio para la Bahía, ver a su Paco en silencio, esculpido en un precioso metal y modelado con cinceles de alma y espiritualidad.
En la estatua se dejan ver hasta las heridas en la guitarra y el sudor en sus cuerdas; la arruga del entrecejo y la brisa, meciendo las pestañas.
Paco de Lucía, el guitarrista universal, y Nacho Falgueras, escultor con vocación de eternidad, descansad en Paz.

                                             

sábado, abril 14, 2018



DEDICATORIA:

A los madridistas del Universo,
 a los bravos Galácticos del mundo,
a los eternos Vikingos del deporte,
a los Merengues de siempre,
a los que, cada día, gritan,
HALA MADRID.




Gloria que ondea…

Ser hincha del Real Madrid es pertenecer a una secular tradición. Es disfrutar de un destello de luz que emana en Concha espina con vocación universal.
Ser del Madrid es algo más que una pasión. Es pertenecer a una saga de relevantes valores que han podido resistir todas las adversidades de los tiempos desde hace más de un siglo, sin más medios que la tenacidad y la superación de las adversidades.

Ser seguidor del Real Madrid, con sus diferentes secciones de las diferentes décadas, es sinónimo de buena elección para regocijar el alma. Es la evasión de la pesadez y de la monotonía de lo cotidiano para emerger en una constante aventura llena de sorprendentes hallazgos.
Amar los colores blancos del Madrid es saber valorar la valía de un gran club que navega en las alturas por vocación sobrenatural.
Y es así como se ha escrito una de las más bellas y lúcidas historias del deporte mundial. La constancia, la fe en lo venidero y en los propios medios, la confianza en los posibles logros y no resignarse nunca. No rendirse ante las adversidades.
Así, el Club más relevante de la historia del deporte mundial,  fue haciendo y hace historia. Mucha constancia en las luchas.
Muchos sinsabores, que no fueron capaces de frenar el espíritu  gladiador de los componentes de nuestro Club, se cruzaron por el camino de la gloriosa Casa Blanca en diferentes épocas, pero nunca, nunca, se dejaron bajar las armas de volver  a crecer hacia la inmensidad. El Real Madrid ha tenido siempre un compromiso con la historia.
Y, cuando juega el Madrid, se desata la alegría en los madriles. El regocijo no cabe en  la ciudad de la luz y se deja expandir por los rincones del universo. Estelas y saetas recorren la inmensidad del Universo y, cuando juega nuestro “Madrid”, el mundo se viste de blanco… y nada más.
Cada día, cada partido, tenemos nuevos motivos para arropar  a los que se visten de gala con el escudo de la realeza deportiva. Un imperio que no se rebaja, que no conoce más que la perseverancia en su labor cotidiana. Por esto, cada madridista es un alarde más en el enjambre que corona la diadema del deporte mundial.
El Real Madrid es algo más que un Club… es el flujo de la grandeza deportiva, de la nobleza que enmarca el escudo dorado de nuestro Club. Una seña de identidad.
Y es así como crecimos, vanagloriándonos de nuestra afiliación al madridismo, hasta que Peña REMATE nos congregó en honesta unión para compartir los valores de nuestro Real Madrid, acortando las distancias geográficas.
A través de nuestra Peña, extendemos nuestras manos para recibir a cualquier madridista del globo terráqueo, prestando nuestro abrazo a cualquier ser humano como mejor hermano para enaltecer –más aún, si cabe- los valores humanistas y universales de nuestro Club, hermanándonos con seguidores del Real Madrid e hinchas de cualquier equipo del mundo, según obra en las directrices del Club de nuestros amores, con respeto, comprensión y entendimiento.
Y, en los doce años que llevamos con el estandarte ondeando por donde acudimos, hay que reconocer que hemos estado arropados por todos los estamentos del Club Merengue. Ya sea por haber tenido el honor de recibir en Tetuán al Presidente Florentino Pérez en Tetuán escasos días tras constituirse nuestra Peña (el 20.05.2005), o en las diferentes visitas de personalidades del Departamento de Peñas, de la Fundación y de jugadores que hicieron gloria en el equipo y secciones. Incluso, nuestra Peña estuvo representada por nuestro Presidente, el señor Mohamed Anouar Haidour en el acto de depositar, Dani Carvajal, “la primera piedra -camiseta” de Veldebebas así como en varios acontecimientos de relevancia para la historia deportiva del Real Madrid.
Todo lo anterior nos anima a seguir enalteciendo nuestros singulares colores, si es que cabe. Nos sentimos defensores del escudo y de los valores que difunde nuestro Club y, al  igual que este, somos una Peña para el mundo, pero con el espíritu madridista como cabecera.

También mencionar esas excursiones de miembros de la Peña REMATE (Real  Madrid  de Tetuán) a la capital  de España para ver  y presenciar encuentros del Club de nuestros amores. Doce viajes recorriendo el “camino de Santiago Bernabéu” para alentar a los nuestros. Viajes en los que participamos los seguidores madridistas y familiares para tender nuevos puentes con el país vecino a nivel cultural, turístico y deportivo. Éxitos que no se hubieran conseguido sin la agradecible colaboración y prestación de todos los componentes del Consulado General de España en Tetuán y, de manera muy peculiar, la prestación de don Francisco Rodríguez Alvarez, Canciller del mencionado Consulado.
Doce, un número que nos puede traer muchos augurios en ésta temporada. Doce años de disfrute y amistad.
No puedo dejar de señalar, como baloncestista que fui, los pluses que los de Pablo Laso aportan a nuestra gloria deportiva.
Gracias al Real Madrid de Baloncesto, éste deporte se está convirtiendo en la N.B.A europea con genialidades del increíble Llull, peculiaridades del peculiar Luka Dončić, la garra de un (rey de reyes) llamado Felipe Reyes, y la genialidad en la entrega del resto de la plantilla.
Y son muchos los que a la Peña REMATE tienden ayuda y  colaboración incondicionales, tanto en Marruecos como por parte de las instituciones del Real Madrid y sus dirigentes y resto del personal administrativo.

De manera muy concisa me he de referir a la persona de don Fernando Olías, responsable de la Ciudad Deportiva del Real Madrid, Valdebebas. Un hombre que nos brinda sus mejores atenciones con toda delicadeza y profesionalidad siempre que llamamos a la puerta de su generosa bondad.
Al señor Olías y al resto de sus colaboradores hemos de decir “Gracias” como reconocimiento a sus atenciones con los miembros de nuestra Peña.
Sirvan éstas líneas para renovar la constancia de nuestro madridismo. Renovar la ilusión de sobrevivir a las adversidades que se nos presentan en los diferentes estadios del mundo y, sobre todo,  para seguir alardeando de los logros del Club.


                                                         Ahmed Mohamed Mgara