DEDICATORIA:
A los madridistas del Universo,
a los bravos
Galácticos del mundo,
a los eternos Vikingos del deporte,
a los Merengues de siempre,
a los que, cada día, gritan,
HALA MADRID.
Gloria que ondea…
Ser hincha del Real Madrid es pertenecer
a una secular tradición. Es disfrutar de un destello de luz que emana en Concha
espina con vocación universal.
Ser del Madrid es algo más que una
pasión. Es pertenecer a una saga de relevantes valores que han podido resistir
todas las adversidades de los tiempos desde hace más de un siglo, sin más
medios que la tenacidad y la superación de las adversidades.
Ser seguidor del Real Madrid, con sus
diferentes secciones de las diferentes décadas, es sinónimo de buena elección
para regocijar el alma. Es la evasión de la pesadez y de la monotonía de lo
cotidiano para emerger en una constante aventura llena de sorprendentes
hallazgos.
Amar los colores blancos del Madrid es
saber valorar la valía de un gran club que navega en las alturas por vocación
sobrenatural.
Y es así como se ha escrito una de las
más bellas y lúcidas historias del deporte mundial. La constancia, la fe en lo
venidero y en los propios medios, la confianza en los posibles logros y no
resignarse nunca. No rendirse ante las adversidades.
Así, el Club más relevante de la historia
del deporte mundial, fue haciendo y hace
historia. Mucha constancia en las luchas.
Muchos sinsabores, que no fueron capaces
de frenar el espíritu gladiador de los
componentes de nuestro Club, se cruzaron por el camino de la gloriosa Casa
Blanca en diferentes épocas, pero nunca, nunca, se dejaron bajar las armas de
volver a crecer hacia la inmensidad. El
Real Madrid ha tenido siempre un compromiso con la historia.
Y, cuando juega el Madrid, se desata la
alegría en los madriles. El regocijo no cabe en
la ciudad de la luz y se deja expandir por los rincones del universo. Estelas
y saetas recorren la inmensidad del Universo y, cuando juega nuestro “Madrid”,
el mundo se viste de blanco… y nada más.
Cada día, cada partido, tenemos nuevos
motivos para arropar a los que se visten
de gala con el escudo de la realeza deportiva. Un imperio que no se rebaja, que
no conoce más que la perseverancia en su labor cotidiana. Por esto, cada
madridista es un alarde más en el enjambre que corona la diadema del deporte
mundial.
El Real Madrid es algo más que un Club…
es el flujo de la grandeza deportiva, de la nobleza que enmarca el escudo
dorado de nuestro Club. Una seña de identidad.
Y es así como crecimos, vanagloriándonos de
nuestra afiliación al madridismo, hasta que Peña REMATE nos congregó en honesta
unión para compartir los valores de nuestro Real Madrid, acortando las
distancias geográficas.
A través de nuestra Peña, extendemos
nuestras manos para recibir a cualquier madridista del globo terráqueo,
prestando nuestro abrazo a cualquier ser humano como mejor hermano para
enaltecer –más aún, si cabe- los valores humanistas y universales de nuestro
Club, hermanándonos con seguidores del Real Madrid e hinchas de cualquier
equipo del mundo, según obra en las directrices del Club de nuestros amores,
con respeto, comprensión y entendimiento.
Y, en los doce años que llevamos con el
estandarte ondeando por donde acudimos, hay que reconocer que hemos estado
arropados por todos los estamentos del Club Merengue. Ya sea por haber tenido
el honor de recibir en Tetuán al Presidente Florentino Pérez en Tetuán escasos
días tras constituirse nuestra Peña (el 20.05.2005), o en las diferentes visitas
de personalidades del Departamento de Peñas, de la Fundación y de jugadores que
hicieron gloria en el equipo y secciones. Incluso, nuestra Peña estuvo
representada por nuestro Presidente, el señor Mohamed Anouar Haidour en el acto
de depositar, Dani Carvajal, “la primera piedra -camiseta” de Veldebebas así
como en varios acontecimientos de relevancia para la historia deportiva del
Real Madrid.
Todo lo anterior nos anima a seguir
enalteciendo nuestros singulares colores, si es que cabe. Nos sentimos defensores
del escudo y de los valores que difunde nuestro Club y, al igual que este, somos una Peña para el mundo,
pero con el espíritu madridista como cabecera.
También mencionar esas excursiones de
miembros de la Peña REMATE (Real
Madrid de Tetuán) a la
capital de España para ver y presenciar encuentros del Club de nuestros
amores. Doce viajes recorriendo el “camino de Santiago Bernabéu” para alentar a
los nuestros. Viajes en los que participamos los seguidores madridistas y
familiares para tender nuevos puentes con el país vecino a nivel cultural,
turístico y deportivo. Éxitos que no se hubieran conseguido sin la agradecible
colaboración y prestación de todos los componentes del Consulado General de
España en Tetuán y, de manera muy peculiar, la prestación de don Francisco
Rodríguez Alvarez, Canciller del mencionado Consulado.
Doce, un número que nos puede traer
muchos augurios en ésta temporada. Doce años de disfrute y amistad.
No puedo dejar de señalar, como
baloncestista que fui, los pluses que los de Pablo Laso aportan a nuestra
gloria deportiva.
Gracias al Real Madrid de Baloncesto,
éste deporte se está convirtiendo en la N.B.A europea con genialidades del
increíble Llull, peculiaridades del peculiar Luka Dončić, la garra de un (rey de reyes) llamado Felipe
Reyes, y la genialidad en la entrega del resto de la plantilla.
Y son muchos los que a la Peña REMATE tienden ayuda y colaboración incondicionales, tanto en
Marruecos como por parte de las instituciones del Real Madrid y sus dirigentes
y resto del personal administrativo.
De manera muy concisa me he de referir a la persona de don
Fernando Olías, responsable de la Ciudad Deportiva del Real Madrid, Valdebebas.
Un hombre que nos brinda sus mejores atenciones con toda delicadeza y
profesionalidad siempre que llamamos a la puerta de su generosa bondad.
Al señor Olías y al resto de sus colaboradores hemos de decir
“Gracias” como reconocimiento a sus atenciones con los miembros de nuestra
Peña.
Sirvan éstas líneas para renovar la constancia
de nuestro madridismo. Renovar la ilusión de sobrevivir a las adversidades que
se nos presentan en los diferentes estadios del mundo y, sobre todo, para seguir alardeando de los logros del
Club.
Ahmed Mohamed Mgara