EN LA DESPEDIDA
DE MOHAMED DAHROUCH (Tetuán, 1929-2013)
Escribir de alguien que ya no está, produce tristeza y también la
satisfacción de haber disfrutado de un tiempo de amistad que hemos compartido: Es ley de vida que dejemos este
mundo, más ahora nos queda el gran consuelo de haber coincidido con seres
llenos de humanidad, que merecen el homenaje de nuestro recuerdo. ¡Que su
pérdida nunca sea definitiva!
Al recibir la noticia del
fallecimiento de MOHAMED DAHROUCH se remueven los recuerdos y revivimos los
tiempos en los que establecimos una estrecha amistad: eran los años ochenta del
pasado siglo, trabajábamos entonces en aquel Instituto Hispano-Árabe de Cultura
, del Paseo de Juan XXIII, en el edificio de la Escuela Diplomática
de Madrid.
Desde el Seminario de Literatura
intentábamos reunir datos, ponernos en contacto con los autores árabe en
general y con los hispanistas en especial.
El primer contacto con Mohamed
Dahrouch que recuerdo ahora, fue por correo, como era natural entonces, cuando
no existía internet ni el correo
electrónico, nada sabíamos de las hoy imperantes redes sociales. Su
primera carta, decía, lleva fecha de 24
de abril de 1980, su dirección era la del Grupo Escolar “Sidi Ali Baraka”, del
que era director, en la
Avenida Abdelkrim Jattabi, nº 4, en el Barrio Málaga de
Tetuán.[1]
Nos había puesto en contacto otro
escritor, colega de Dahrouch que era RIDWAN AHDADU o Hedadu, como escribía el
propio Dahrouch. Ahora se presentaba él mismo “sin ninguna reserva, cuente
usted con un fiel servidor y amigo que humildemente ofrece su “grano de arena”
para la caserna que cubre nuestra cultura Hispano Árabe”, según decía en su
excelente español, que conocía muy bien, no en vano había cursado , tras la
carrera universitaria de magisterio (1950)
estudios de lengua española en Madrid.
La carta siguiente no se hizo
esperar: está fechada en Tetuán, el 14 de mayo de 1980. Me contaba entonces de
su labor como traductor de la literatura española y pasaba a citar las obras
que había vertido a la lengua árabe:
-“La malquerida”, adaptación libre al ambiente
rural marroquí de la conocida obra de
don Jacinto Benavente, con el título de Al-Dar
al-kabira, en árabe coloquial. Había obtenido el 2º premio bis del X
Festival Nacional de Teatro en Rabat, en 1969.
-“El tintero” (Al-mihbara), de Carlos Muñiz, que aún no
se había estrenado.
- “El pan de todos“, de Alfonso
sastre (Al-jubz al-yami´) , estrenada y premiada en el XXI
festival del Teatro Nacional marroquí “amateur”, aquel mismo año (1980) en
Tetuán.
Se refería asimismo a sus
colaboraciones con el padre franciscano Emilio Soto, en sus obras “Canto
divino” y “Rapsodia”, sobre la música arábigo-andaluza.
Tenía entonces el proyecto de
traducir la obra del gran Buero Vallejo “Historia de una escalera” (ya
traducida en Egipto, según creo). Citaba además los títulos de dos obras
escritas en español en 1953: “Petra”, un drama sobre la vida de una chica de
pueblo y la peripecias que sufre al trasladarse a Madrid en los años cuarenta.
La segunda, “Funeral sin viuda, que es, decía, un homenaje a la “madre
española”. Parece que no se había estrenado por entonces.
Vivíamos nosotros entonces, los
miembros del Instituto Hispano-Árabe de Cultura, llenos del entusiasmo
promovido por aquel I Coloquio del Hispanismo árabe. Se había celebrado en la
sede del mismo, entre los días 24
a 27 de febrero de 1976. Las Actas se publicaron a finales del año siguiente, preparadas por
Carmen Ruiz Bravo, a la sazón jefe de Investigación del citado instituto.
Se presentaba en dichas Actas un “Proyecto de traducción al
árabe de varias obras de la literatura española”: figuraban en el mismo autores
de diferentes épocas y diversos géneros: de Lope de Vega a Miguel de Unamuno,
de Góngora a Ortega y Gasset. Se añadía además una relación de nombre de literatos
posteriores a la Generación
del 27 (Aleixandre, Cela, Lauro Olmo, etc.)
Así mi correspondencia con
Mohamed Dahrouch se fue centrando en temas relacionados con la traducción. Por
otra parte Dahrouch se refería con
entusiasmo a sus proyectos más inminentes como la organización de “la semana
del Teatro español en árabe”, que pensaba llevar cabo; la propuesta además que le habían
dirigido para organizar una agrupación dedicada al “Teatro Españolen
Marruecos”.
Tiempo después, no mucho
relativamente, el 10 de diciembre de 1981, contestaba a otra carta mía y
expresaba esta triste y sincera reflexión: “Estoy completamente, mental y
espiritualmente apartado de todo lo que
se refiere a escribir, traducir, – fíjese – voy perdiendo ese “Español” (con
mayúscula) y apenas puedo componer una frase en aquella lengua que dominaba…”
Estas líneas, decía, traslucían
una gran emoción y quizá no podía entrar a explicarme las causas de tal melancólica,
de su decadencia personal. Lamento ahora no haberle animado a superar su
decaimiento, la distancia, quizá, me
impedía insistir en sus palabras para decirle que no podía hacer dejadez de su
amor por la lengua en la que nos comunicábamos, gracias a su dominio de la
misma.
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La vorágine a la que nos arrastra
el correr de los tiempos, los cambios
administrativos con su lenta y contundente irrupción, nos llevan al año 1988:
por entonces nos estábamos trasladando al edificio de la Agencia Española
de Cooperación Internacional, en la
Avenida de los Reyes Católicos, no muy lejos de nuestra
antigua sede, al comienzo de la Ciudad Universitaria madrileña. Habíamos sido
integrados en aquel organismo, ya como
“Instituto de Cooperación con el Mundo Árabe”. Intentamos adaptarnos a los
nuevos tiempos y así se organizaron las Jornadas de Hispanismo Árabe ,
dentro de los actos del Quinto Centenario del Descubrimiento de América (1492-1992) y en el programa titulado
“AL-ANDALUS´92”. Dichas jornadas se
centraron en la temática de “La traducción y la crítica literaria”. Las Actas
de las Jornadas de Hispanismo Árabe (24 al 27 de mayo de 1988) de cuya
edición me encargué directamente, se publicaron en 1990[2]
Nuestro querido amigo Mohamed
Dahrouch pudo participar en las mismas felizmente: su comunicación se publicó
entre los textos presentados en lengua árabe y llevaba por título: “Autores
españoles traducidos al árabe: teatro español en árabe” (Al-masrah al-isbani bi-l-luga al-´arabiyya/ Kuttab isbaniyyun turyimat
a`maluhum al-masrahiyya ilà-l-´arabiyya). , en la que desarrollaba sus excelentes
conocimientos y experiencia de la
temática elegida. En la misma daba
noticias precisas y la relación bibliográfica de los dramaturgos españoles
junto a los nombre de sus traductores al árabe y la fecha y lugar de edición.
El texto de Dahrouch quedaba
incluido en la sesión de trabajo que se agrupó en torno a “La traducción del
español al árabe”. En la misma figuraron asimismo las comunicaciones de grandes figuras del
hispanismo árabe: Mahmud Ali Makki, Ignacio Saade, Antoine Kháter, Assad Cherif
Omar, Nadia Záfer Chaabán,etc. Y de parte española: Joaquín Benito de Lucas y
Juan Manuel Casado Ramos.
Recuerdo asimismo otro texto que
el propio Dahrouch envió en su carta al director con fecha 14 de febrero de
1988. Estaba escrito a mano, en español
y llevaba por título: “Problemática de la difusión de la cultura española en el
mundo árabe: Marruecos como ejemplo”. Consta de cinco páginas y merecería que
fuese recuperado ahora, en otro artículo, ya que no llegó a integrarse en las citadas
Actas de dichas Jornadas.
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Tras un tiempo de silencio –
nuestra cordial amistad seguía latente – llegó una gran noticia: la señora
Charifa Dahrouch, hija de nuestro buen amigo, iba a leer su tesis doctoral en la Facultad de Filología de
la universidad complutense. Su directora no era otra que mi querida amiga y
antigua compañera de estudios la doctora María Jesús Viguera Molins,
catedrática del departamento de Estudios Árabes e Islámicos de dicha Facultad.
Se trata de un recuerdo muy
especial: el 16 de junio del año 2008 se celebró la lectura de la anunciada tesis de Charifa: el tema de la
misma ya dice mucho de la calidad de su trabajo: “La obra dramática de Mohamed
Dahrouch”, desarrollada en dos volúmenes con un profundo estudio de la
personalidad y de las obras de su querido padre. El tribunal calificador estuvo
integrado por los siguientes miembros: Manuel Fernández Nieto, presidente.
Vocales: Monserrat Abumalham Mas, Mª Dolores López Enamorado y el abajo
firmante (yo mismo). Secretario: Milagros Nuin Monreal. La tesis fue calificada
de “Sobresaliente”cum laude” por unanimidad para satisfacción de la autora y de
todos los presentes.
Como era de esperar, la propia
Charifa tenía que dar a conocer su trabajo universitario. Así fue, en parte que
sepamos, y podemos decir que ha publicado un interesante artículo titulado: “La
vida de un dramaturgo tetuaní: Mohamed Dahrouch”. Se puede encontrar en la
revista Anaquel de Estudios Árabes, de
la citada universidad complutense, 2009,
vol.20, págs.. 45-56.
Solo nos queda añadir para
finalizar este breve homenaje la posibilidad que disfrutamos a través de la
información de internet: la universidad de Granada ha desarrollado una página
muy completa titulada www. literaturamarroquí. edu. es . La profesora
Mercedes del Amo ha sido la activa promotora de esta importante red social y en
la misma podemos encontrar una variada información de los autores, las
traducciones y todos los datos
relacionados con esta literatura, en su ya amplia producción. Entre tantos
autores y géneros literarios no podía faltar la ficha de nuestro autor Mohamed
DAHROUCH[3],
con las oportunas noticias bio-bibliográficas muy completas y a la misma
remitimos a quien debe ampliar las referencias más apropiadas.
Que estas breves líneas hayan
servido para expresar mi emoción y mi pesar por el fallecimiento de un gran
hombre: Mohamed DAHROUCH, representante de un mundo literario y de una
generación de hispanistas marroquíes que merece nuestro reconocimiento. ¡No les
podemos olvidar! Nos queda la esperanza de un nuevo encuentro, en otro espacio,
sin cortapisas ni obstáculos! Y que su ejemplo permanezca para las generaciones
más jóvenes. ¡Descansa en paz querido amigo Mohamed DAHROUCH!
Fernando
de Ágreda
Madrid,
10 de Marzo de 2013
[1] Es el barrio tetuaní donde se instalaron
tantos habitantes españoles , cerca del Hospital Militar. Y al que ha dedicado
su novela nuestro amigo Mohamed ANAKAR, otro gran hispanista y profesor
universitario de Tetuán
[2] El
Servicio de Publicaciones del ICMA, siglas del Instituto de Cooperación con el
Mundo Árabe, estaba dirigido por nuestra antigua compañera Mª Gracia Sánchez de
Toca. El director general era el
diplomático Mariano Alonso-Burón que inició los discursos de la inauguración,
junto al secrtario de Estado para la Cooperación Internacional
y para Iberoamérica, Luis Yáñez-Barnuevo, además del director general del Libro
, Juan Manuel Velasco Rami. La lección magistral fue pronunciada por don
Valentín García Yebra, eminente académico y catedrático del Instituto
Politécnico de Tánger.
[3][3] Hemos colaborado en esta página de internet
con la información que conservábamos del antiguo Seminario de Literatura del
IHAC y especialmente las fotografías de los autores que nos fueron remitidas
junto a las encuestas que conservábamos.