Profesorado de universidades andaluzas participan en Rabat en un Taller
de la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo. Esta Fundación constituye,
desde su creación en 1999, un espacio de encuentro y cooperación entre los
pueblos y culturas del Mediterráneo, con una representación plurinacional muy
equilibrada entre sus miembros.
Durante los días 19 y 20 de Junio se ha celebrado en la Biblioteca
Nacional de Rabat el VI Taller Transfronterizo “Fortalecimiento del papel de
las mujeres migrantes marroquíes”. El Taller, de carácter internacional, ha contado
con investigadores, profesorado de universidades andaluzas (Cádiz, Córdoba y
Huelva), francesas (París 8) y marroquíes (Abdelmalek Essaadi y Rabat), mediadores
interculturales, abogados, miembros de asociaciones de mujeres,
ex-parlamentarias, cineastas, etc. siendo un punto de encuentro que les ha
permitido actualizar sus conocimientos en aspectos que no son de su
especialidad y que complementan su visión de conjunto.
La inauguración corrió a cargo de Dª Elvira Saint-Gerons, Directora-Gerente
de la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo, D. Abdelfettah Sahibi,
Secretario General del Ministerio Encargado de los Marroquíes en el Extranjero
y Dª Gema González Ferrera, Catedrática EU, profesora de Sociología en la
Universidad de Cádiz y coordinadora académica del Taller.
La conferencia inaugural fue pronunciada por Latifa Jbabdi, socióloga, ex-parlamentaria
y feminista que recalcó el hecho de que en un contexto en el que, a raíz de las
revueltas árabes, se han producido movimientos regresivos en las situaciones de
las mujeres, en la última Constitución marroquí, realizada en 2011, se ha
consagrado la igualdad jurídica de mujeres y varones. En el debate posterior a
su ponencia, se hizo notar por parte del público cómo esta igualdad no ha
cambiado la situación real de las mujeres. Admitiéndose en la mesa que esto es
así, sin embargo, se recuerda que la igualdad jurídica es un primer paso
imprescindible, sin el cual no se puede avanzar hacia la igualdad real.
Por parte de las siguientes
ponencias se hizo notar:
La
feminización de la pobreza en el mundo, bien por la crisis (más del 70% de
quienes van a pedir ayudas a los servicios sociales son mujeres), o por divorcio
(falta de pago de las pensiones),
La invisibilidad política y pública de las mujeres (de 31 carteras
ministeriales, sólo una es ocupada por una mujer (cuando anteriormente hubo 7),
y con un marcado papel “femenino” en su sentido más tradicional (Desarrollo
Social, Familia y Solidaridad)
La triple o cuádruple discriminación de las mujeres migrantes marroquíes:
mujer, migrante, pobre, musulmana…
El aumento del maltrato (el 80 % de ocupación en las casas de acogida
son mujeres marroquís con niños, reagrupadas en los últimos años).
Las diferencias en las actitudes entre varones y mujeres migrantes, ya
que, según el profesor Mohammed Dahiri, de la UCA, los hombres son más
proclives al consumo ostentoso (posesión de coches y objetos de marca que
exterioricen el éxito de su proyecto migratorio) mientras las mujeres se
orientan hacia aspectos más prácticos: ayuda directa a la familia, educación de
los hijos…
Sin ser conscientes de ello, las mujeres migrantes están contribuyendo a
la transformación de su país de origen. Las remesas, tanto las económicas como
las sociales no sólo refuerzan su situación y prestigio ante la comunidad de
origen sino también las de las mujeres que las reciben y deben decidir en qué
emplean esas importantes ayudas económicas.
La migración de las mujeres contribuye a la reducción de la pobreza, a la
democratización de Marruecos, a la mejora del nivel de educación, a que
disminuyan las diferencias por cuestiones de género, a favorecer la tasa de
absentismo escolar de las niñas, al favorecer que más niñas se escolaricen,
reducen el trabajo infantil y mejoran la salud infantil, especialmente la de
las niñas. También influyen en las tasas de fecundidad, que bajan cuando la
migración se produce hacia países de baja fertilidad y se elevan cuando el país
de llegada es de alta fecundidad.
Sin embargo, a la larga, las migraciones que ahora producen una menor
presión sobre un mercado de trabajo porco desarrollado, con el tiempo
significará sangría de capital intelectual y humano (fuga de cerebros),
delegación de los gobiernos de sus obligaciones para con los ciudadanos,
problemas de convivencia, aparición de burguesías y asistidos…
Además de analizarse los cambios sociales producidos en y desde la
emigración, en el Taller también se realizaron propuestas de mejora y
proposiciones, como:
Modificar la ley de extranjería
para evitar que la situación jurídico-administrativa de las mujeres migrantes
dependa de la situación de un miembro de su familia (marido o hijos),
Quitar la condición de convivencia legal de dos años con el reagrupante
para mantener la residencia legal (para evitar casos de violencia invisible).
Incluir el conocimiento de la lengua como requisito de renovación de los dos
reagrupantes/ reagrupados (para evitar algunos casos en los que las
cónyuges se quedan en su casa aisladas del mundo exterior).
Dotar de plena ciudadanía en los dos países: de origen y de residencia;
activar la aplicación del convenio de reciprocidad y el artículo 19 de la nueva
constitución marroquí.
Intercambio de trabajos y experiencias con los tejidos asociativos
femeninos de origen.
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