lunes, septiembre 16, 2024
EL ECO DE TETUAN,DESDE EL FEDDAN CON AMOR
¿Qué hago yo en tanta inmensidad? Divagando y hablando con los esqueletos de las estrellas de la mar, ya fenecidas; voy cruzando las arenas de los recuerdos y de los olvidos sin apenas parpadear.
Si tú estás lejos, me sobra tanta inmensidad.
Tal vez, estés llenando huecos al otro lado del alma de esta mar infinita.
Llora el llanto de esta arena confusa mientras te voy atravesando junto con mi soledad. Las olas se acercan a la orilla en busca de los guiños de tu mágica mirada.
Se que pecamos tu y yo, pero me consta que, pecar contigo no fue pecar, sino bendición para ciertas entrañas, aguinaldo del destino para la oscuridad de la penumbra que fue testigo de esa bendición pecaminosa.
Como soplo de vida atravesaste mi ilusa inspiración sin dejarme respuesta alguna a mi sangrada interrogante. No sé si algún santiamén me quisiste o si a odiar el incienso que nos envolvió llegaste. No sé si lo nuestro fue locura o una aventura, pero me consta que contigo nací un poco más, tras mi ausencia; que tus brazos le dieron calor a cierto lugar aislado de un cuerpo sin patria, a las cuerdas de un corazón sin puerto de donde soltar amarras. En el fondo de la mar, amarradas al ancla oxidada, enredaste las páginas de mi sentir, y te fuiste, sin compasión.
Las gaviotas vuelven a sobrevolar los restos de tu sombra que, antaño, iba corriendo junto a la mía en sacra fusión. Vuelan y sobrevuelan el infinito cielo oliendo los restos dispersos de tu perfume más estelar. Buscan tu parpadeo mientras los reflejos de tu iris en las bailables olas de la mar cercana se adentran y alejan sin compasión.
Sobre una concha vi grabado tu nombre… ¿Quién lo habrá grabado, en tanta inmensidad?.
Ahmed Mgara.
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