Mi aportación a la presentación del libro “El tiempo entre costuras” de María Dueñas, traducido al árabe por
Dra. Charifa Dahrouch y Abdellatif Bazi en Dar Sanaa, Tetuán, 01.02.2018
En agosto del último verano, en Rabat, la Dra. Charifa Dahrouch me
sugirió la idea de participar en la mesa de lectura de la traducción de ésta
obra, a lo que accedí gustosamente. Pero, para evitar coincidencias o
repeticiones de ideas y conceptos con los demás componentes, pensé en hablar de
la obra en su fase de gestación, o sea, de cuando María Dueñas estaba
recogiendo material y referencias históricas para incluirlas en su novela.
Para mi humilde persona, hablar de la novela “El tiempo entre
costuras” de la puertollanera María Dueñas, hija de madre tetuaní, Ana María
Vinuesa, fallecida en 2013 y que vivió en la calle Youssef Ben Tachfine, en el
edificio que aún pervive encima del Café Turismo, esquina Mohamed V, hablar de
la obra, decía, sería una injerencia en la labor de los críticos que han
compartido diferentes concepciones y determinaciones hacia el global de la
novela o a sus diferentes apartados. Una novela con matices de historia y
aditivos de hechos creados por la autora para complementar unas ideas
preconcebidas.
Hablar de la obra sería
escarbar en el tiempo y en el humanismo del norte de Marruecos, una tierra que,
desde 1860 hasta la independencia, conoció casi un siglo de altibajos en su
historiografía, siempre entre el militarismo y el armisticio entre España y
Marruecos, políticas que se basaron en divagaciones
ideológicas que, a la postre, no hicieron favores a ninguna de las dos partes
contendientes.
Y es, ese humanismo, la vida cotidiana de marroquíes y de españoles,
lo que creó vivencias basadas en coexistencias, con sus consecuentes
convivencias, entre personas de diferentes etnias y nacionalidades, además de
los colonos y de los entonces mal llamados indígenas.
Un día, estando en una clínica de Casablanca, recibí una carta electrónica
de María Dueñas a la que no conocía, y en la que me decía:
Mi nombre es María Dueñas Vinuesa y soy profesora de la
Universidad de Murcia (España). Mi madre, Ana Vinuesa, nació en Tetuán en 1940
y residió allí hasta que su familia se trasladó a España en 1958 tras la
independencia de Marruecos. Siempre, desde entonces, ha vivido con la nostalgia
de Tetuán, y nos ha trasmitido a todos sus hijos un gran afecto por vuestro
país.
Actualmente estoy trabajando en una novela que está parcialmente
localizada en Tetuán en los años de la guerra civil, aunque no es en realidad
el asunto de la guerra lo que me interesa, sino la figura de quien en aquellos
años era alto comisario, el coronel Juan Luis Beigbeder. Ando buscando
información sobre este personaje por todas partes, y se me ha ocurrido que tal
vez usted pudiera ayudarme. Beigbeder fue un gran arabista y un apasionado
de la cultura islámica; hablaba árabe culto y dialectal y asumió como propias
muchas actitudes y costumbres de vuestra tierra que llevó consigo a
Madrid cuando fue nombrado ministro de asuntos exteriores por Franco. Duró muy
poco en aquel cargo: lo echaron apenas un año después de nombrarlo. Desde
entonces vivió siempre con el recuerdo de Marruecos presente. Fue también --y
esto es mucho más lamentable-- el principal promotor de la captación de
marroquíes para las tropas nacionales durante la guerra civil.
Estoy interesada en localizar información de su persona y de aquellos
tiempos: fotografías, testimonios... Si pudiera ayudarme facilitándome algún
dato, quedaría enormemente agradecida.
Saludos cordiales y gracias anticipadas,
María Dueñas
Ayudé, dentro de mis limitaciones con la documentación disponible en
los Fondos y Archivos de Mohamed Mgara durante una etapa en la que mi salud fue
mejorando.
Muchas preguntas e interrogantes a las que no siempre encontraba la
respuesta idónea pero que, sin duda, supusieron datos que serían notorios en la
obra definitiva, en gran parte, por ser referencias históricas sobre Juan Luís
Beigbeder o el mismo Ramón Serrano Suñer.
Recuerdo que María Dueñas insistía sobre el personaje de Rosalinda
Powell Fox de manera notoria. Rosalinda y Beigbeder vivieron un romance de los
llamados “singulares”. Beigbeder, militar de alto rango y responsabilidades de
Estado y Rosalinda Fox, considerada “espía” de Gran Bretaña en los países que
visitó, vivieron un idilio romántico en todos los sentidos. Beigbeder acabó
sacrificado de su cargo de Ministro de Asuntos Exteriores por el Caudillo por
no renunciar a su amor por Rosalinda, fallecida en 2006 en Guadarranque
(Curiosamente, una de las enfermeras que la cuidaban en su casa era una tetuaní
española, nuestra amiga Carmen Vega). Ahí en Guadarranque, cerca de San Roque,
Rosalinda escribió en inglés una autobiografía “El césped y el asfalto” en la
que da por entender que era espía del Reino Unido.
En San Roque, aún en nuestros días, se considera a Rosalinda como una
dama respetable y querida. Siempre, me confirmaron en mis dos visitas al lugar,
Rosalinda ha gozado del aprecio y afecto de todos los que la conocieron. Era
una dama, por todo lo alto, pese a padecer tuberculosis, lo que la privaba de
gran parte de la vida social.
El 08 de marzo 2008 recibí uno de los últimos mensajes de María Dueñas
y en el que me decía:
Estimado Ahmed,
Espero que su salud se haya ido recuperando. Le escribo para
decirle que tengo intención de viajar a Marruecos en breve y es mi intención
pasar un día en Tetuán. ¿Habría alguna posibilidad de que nos viéramos para que
pudiera hablarme sobre Beigbeder y su tiempo, y mostrarme algún material?
He sabido hace unos días que mi novela --en la que él es un personaje
fundamental-- va a ser publicada a finales de este año, y por eso tengo cierta
urgencia en recopilar los últimos detalles y pulir el texto antes de que la
narración pase a la imprenta.
También me gustaría tener la oportunidad de conocer al Sr.
Mohammed Ibn Azzuz Hakim, pero no encuentro la manera de ponerme en contacto
con él (Ricardo Barceló me dio su teléfono hace tiempo, pero no logro
encontrarlo). ¿Podría usted facilitarme una dirección de correo electrónico
para poder contactar con él?
Mi idea es viajar de Tánger a Tetuán el día 18 de Marzo (martes).
Me gustaría consultar por la mañana algunos documentos (prensa, sobre todo) en
la Biblioteca del Instituto Cervantes. Y, después, si fuera posible, reunirme
con usted. Le ruego, no obstante, que disculpe mi insistencia y por favor, no
dude en rechazar mi petición si su salud o trabajo le impiden dedicarme su
tiempo.
Gracias anticipadas por su amabilidad y mis saludos más cordiales,
María Dueñas
Efectivamente, le organicé un
Encuentro –Coloquio en la sede de la Asociación Tetuán Asmir, gracias a la
autorización del señor Abdeslam Chaachoo y en el que participamos, además de
los mencionados, los señores Mohamed Ibn Azzuz Hakim, Aboubakr Bennouna y otros
interesados que durante dos horas contestaron preguntas de la, entonces, novel
escritora.
Diez años después, nos encontramos
con la traducción de esta obra que, entre realidad y ficción, nos sitúa, ésta
vez en árabe, en una etapa crucial de la España del Protectorado, la España de
la etapa franquista o de las dos Españas, acercándonos al dolor de un militar
mujeriego que cayó preso de una amazona cuya belleza y atractivos aún se
mencionan y recuerdan. Rosalinda falleció a los 96 años dejando tras de si un
hermetismo sobre su vida, un entrecejo que a muchos, nos gustaría deshacer y
descubrir.
Gracias a esta obra, al trasladarla
Atresmedia al rosario de sus series, Tetuán fue recordada por muchos ciudadanos
de varios países hasta el punto de que, muchos de nuestros visitantes, al
llegar a nuestra ciudad, preguntan por los lugares y parajes donde se rodó la
parte de Tetuán para la serie.
Muchas gracias por la atención.
Ahmed Mgara
Ahmed Mgara
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