miércoles, octubre 01, 2014



             Hasta siempre,  Abdelasis Hachmi  Mousmadi.

Amigo, dime cómo es el paraíso de los poetas muertos, háblame de sus arrayanes y de sus verdes mirtos. Dime como es el silencio entre las paredes del cedro y sus tientos.
Háblame, amigo, de tu último y postrero viaje, cuéntame cómo, tus angelicales versos, se engranaron en tu equipaje.
Dime, amigo, si estás mejor tras la larga travesía, si has encontrado en el más allá en  tu encuentro la paz que el alma ansía.
Desahógate con mi sombra, versificando con yunques de azahares, y cuéntame cómo brillan tus nuevos andares.
Descríbeme, amigo del alma, cómo son los sueños en tus nuevos lares, y de qué color son sus sedas y sus negroides telares.
Háblame, aunque fuera en el letargo otoñal, de los suspiros, de los sentimientos y de los hondos respiros.
Háblame de los cipreses y de su musgo en los albores de Granada, y de la bruma invernal de la que ya no queda nada.
Compañero de mis años postreros, dime qué se siente dentro de la soledad de la mortaja, y si es cierto que da paz y sosiego, como el brillo a  una alhaja.
Amigo, háblame de la quiebra de las estrofas mundanas y de la rosa de los vientos que de la poesía emanas.
Háblame del Cielo y procura escuchar la campana de los sacerdotes repicar, cada amanecer y antes de cada atardecer.
Y escucha  el llanto que tu Tetuán vierte y derrama por perder la miel de su mejor rama.
Escucha el dolor que suspira del Barrio Málaga hasta la silla amputada en el Zahra.
Siente, amigo, el dolor que exornan los lacrimales de quienes compartieron contigo el todo y la nada.
Mira cómo te llevamos a hombros, como el trono elegante de tu majestuosa mirada.
Y sea que te resulte claro o no, sin ti, nos faltan tu risa y tu gracia, tu sensualidad y tu elegante gracia.
La oquedad de tu ausencia se ensancha sobre la inmensidad del yugo desterrado.
Tus zéjeles, de negra túnica se visten, se niegan a rimar si no es con los latidos de tus dedos.
En tu entierro estuvimos todos tus amigos…pero faltabas tú. Descansabas en Paz.
Descansa en la Paz del Omnipotente, en la Gloria del Creador.
Dios te bendiga.

                       Tetuán, en tu ausencia, al 01 de octubre de 2014.
                                                         Ahmed Mgara.


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