sábado, agosto 16, 2008



CHILDREN OF THE WORLD, ayuda y desarrollo.
¿Acaso sabe alguién quién, entre los niños del Universo, pueda salvar alguna vez al mundo de las atrocidades que lo atosigan?
Children Of the World se acerca a Zinat, comarca que se halla a 18 km de la civilización, con las manos abiertas y 38 cajas cerradas, pero llenas, ambas, de emoción y de alma llana; con la ilusión de ver unas sonrisas en los labios de las criaturas de la zona azotada por la intemperie del tiempo y de la injusticia del destino.
Children of the World siembra en Zinat una llamarada de ilusión y de alegría. Una niña y un niño sabrán que se les quiere desde la lejanía y desde más allá de la mar cuyas olas nunca vieron. Sus manos tocarán objetos traídos desde el solidario mundo a donde muchos de sus mayores han ido en busca de mejor sobrevivir, la Europa soñada por la desesperación personificada en los necesitados que buscan la dignidad humana incluso donde no la podrán hallar.
Manos llenas se tienden hacia manos vacías y huecas, hacia manos surcadas por el dolor que dan la tierra y las amarras de los cuadrúpedos. Manos quebradas que, por no tener, no tienen nada.
Por unos días, Málaga y su generosidad engalanarán Zinat. Todo ello gracias a la altiva espiritualidad de unos pocos que han buscado la bondad de otros muchos. Unos amigos de la humanidad que optaron por engendrar en la inocencia facial de unos cuantos niños la alegría, proporcionándoles material humano, escolar, deportivo y balones... para poder ser - aunque fuera solo en sueños-Raúl, Casillas o Guti y, porqué no, soñar con jugar alguna vez en el Bernabéu o en la Rosaleda.
La gesta malagueña se viste de elegancia y de agradecimientos.

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