JOSÉ MARTÍN RECUERDA,
LA INMORTALIDAD DE UN INSIGNE DRAMATURGO
Carlos Benítez Villodres
Escritor, poeta, periodista, crítico literario
Málaga (España)
Las personas, como Pepe Martín Recuerda -egregio dramaturgo granadino-, no mueren, no desaparecen. Su vida continúa latiendo en el centro del corazón del tiempo y de la humanidad, gracias a su obra. Por ello, no voy a escribir brevemente sobre la vida ni sobre la reciente muerte (8 junio 2007) de Pepe, sino sobre su obra literaria, una serie de joyas únicas de la dramaturgia universal.
El teatro de Martín Recuerda es fundamentalmente popular y realista, histórico y social…, enraizado en épocas, tierras, personajes absolutamente desgarradores. En resumen, su obra se caracteriza por la búsqueda de las raíces del pueblo como de los rasgos característicos de la sociedad, en los que se sostiene cada una de sus creaciones teatrales.
Dos son sus obras más conocidas: “Las salvajes en Puente San Gil” y “Las arrecogías del Beaterio de Santa María Egipciaca. Fiesta española en dos partes”.
“Las salvajes en Puente San Gil”, escrita en 1961. Fue estrenada en el Teatro Eslava de Madrid en 1963 (director Luis Escobar). Posteriormente se puso en escena en el Teatro Quart 23 de Valencia en 1972 y publicada en “Primer Acto” 48.1963. “Las salvajes en Puente San Gil” fue censurada pero no prohibida. En 1966, se hizo una película de esta obra, dirigida por Antonio Ribas e interpretada por los actores Adolfo Marsillach y Marisa Paredes. En 1964 la publicó, dentro de la obra “Teatro español, 1962-1963”, la editorial Aguilar, Madrid; en 1965, la editorial Escelicer, Madrid, en 1969, Taurus, Madrid, y en 1981 y 1988, Cátedra, Madrid. En 1983, esta obra se filmó para Televisión Española. Dicha filmación estuvo dirigida por Sergio Shaff. A partir de 1988 la Compañía de Aurora Bautista, bajo la dirección de Ángel Cobo, la repuso en gira por toda España.
“Las arrecogías del Beaterio de Santa María Egipciaca. Fiesta española en dos partes” (sobre Mariana Pineda y las “arrecogías” ante la Reverenda Madre María de la Trinidad), escrita en 1969-70. Esta obra fue estrenada en el Teatro de la Comedia de Madrid en 1977, bajo la dirección de Adolfo Marsillach. Sin embargo, fue publicada en “Primer Acto” 169.1974 y en “El teatro y su crítica” (Málaga: Excma. Diputación Provincial, 1975).
Por otro lado, la puesta en escena de esta segunda obra fue prohibida hasta 1977, aunque esto no impidió, como ya he reseñado, su publicación en 1974 y 1975. En 1980, se escenificó, en inglés, por la Penn State University Resident Theater Company, dirigida por Manuel Luque. Ese mismo año, bajo la dirección de Jacinto Soriano, se estrenó, en francés, por alumnos de Arte Dramático de la Universidad de la Sorbone Nouvelle en París. Ya, en 1988, se representó, en inglés, en el Festival Internacional de Edimburgo por la Oxford Theatre Group. En esta ocasión fue dirigida por Robert Lima.
José Martín Recuerda pertenece a la “Generación realista”. Esta “Generación” comprende desde la mitad de la década de los 50 hasta los últimos años de la de los 60. Pertenecieron a ella dramaturgos (Antonio Gala, José M. Rodriguez Méndez, Lauro Olmo Gallego, Ricardo Rodríguez Buded y Carlos Muñiz) que produjeron obras de protesta y denuncia en contra de lo que ellos consideraban corrupción política.
Después de la “Generación realista”, conocida también por el nombre de la “Generación del realismo crítico”, empieza en el último tercio de los años 60 un teatro experimental y vanguardista con varios dramaturgos innovadores como Luis Riaza, José Ruibal, José Maria Bellido, Francisco Nieva, Martínez Mediero, Matilla y García Pintado. El teatro de estos autores es crítico y político, con tendencias hacia la abstracción y el simbolismo. Las influencias teóricas más marcadas de estos dramaturgos son las de Ramón M.ª del Valle-Inclán (teatro esperpéntico), Bertolt Brecht (teatro de distanciamiento o enajenación), Antonin Artaud (teatro de la violencia) y Samuel Beckett (teatro del absurdo).
Tras la dictadura del general Franco, el teatro español ha dejado de lado el texto literario. El nuevo teatro es experimental y en especial “espectacular”, como demuestran los grupos teatrales Tábano, Els Joglars y Los Goliardos, que utilizan múltiples técnicas teatrales como la pantomima, los títeres y el circo, el cabaret y la revista musical… Se enfatiza en este teatro la expresión corporal y gestual, así como los elementos plásticos y sonoros.
Otras obras, entre otras, de Pepe Martín Recuerda, además también de las dos ya reseñadas, son: “Las ilusiones de las hermanas viajeras” (1955), “El teatrito de don Ramón” (premio nacional Lope de Vega, 1959), “¿Quién quiere una copla del arcipreste de Hita?” (1965), “Las conversiones” (1981), “El carnaval de un reino” (1983), “La Troski” (1984), “La cicatriz” (1985), “El Amad's” (1986), “Una tienda junto al agua” (1991), “El lenguaje de las fuentes” (premio nacional de narrativa, 1993), “Marea oculta” (1994), “La vida nueva” (1996), “El pequeño heredero” (1997), “Las historias de Marta y Fernando” (premio Nadal, 1999).
LA INMORTALIDAD DE UN INSIGNE DRAMATURGO
Carlos Benítez Villodres
Escritor, poeta, periodista, crítico literario
Málaga (España)
Las personas, como Pepe Martín Recuerda -egregio dramaturgo granadino-, no mueren, no desaparecen. Su vida continúa latiendo en el centro del corazón del tiempo y de la humanidad, gracias a su obra. Por ello, no voy a escribir brevemente sobre la vida ni sobre la reciente muerte (8 junio 2007) de Pepe, sino sobre su obra literaria, una serie de joyas únicas de la dramaturgia universal.
El teatro de Martín Recuerda es fundamentalmente popular y realista, histórico y social…, enraizado en épocas, tierras, personajes absolutamente desgarradores. En resumen, su obra se caracteriza por la búsqueda de las raíces del pueblo como de los rasgos característicos de la sociedad, en los que se sostiene cada una de sus creaciones teatrales.
Dos son sus obras más conocidas: “Las salvajes en Puente San Gil” y “Las arrecogías del Beaterio de Santa María Egipciaca. Fiesta española en dos partes”.
“Las salvajes en Puente San Gil”, escrita en 1961. Fue estrenada en el Teatro Eslava de Madrid en 1963 (director Luis Escobar). Posteriormente se puso en escena en el Teatro Quart 23 de Valencia en 1972 y publicada en “Primer Acto” 48.1963. “Las salvajes en Puente San Gil” fue censurada pero no prohibida. En 1966, se hizo una película de esta obra, dirigida por Antonio Ribas e interpretada por los actores Adolfo Marsillach y Marisa Paredes. En 1964 la publicó, dentro de la obra “Teatro español, 1962-1963”, la editorial Aguilar, Madrid; en 1965, la editorial Escelicer, Madrid, en 1969, Taurus, Madrid, y en 1981 y 1988, Cátedra, Madrid. En 1983, esta obra se filmó para Televisión Española. Dicha filmación estuvo dirigida por Sergio Shaff. A partir de 1988 la Compañía de Aurora Bautista, bajo la dirección de Ángel Cobo, la repuso en gira por toda España.
“Las arrecogías del Beaterio de Santa María Egipciaca. Fiesta española en dos partes” (sobre Mariana Pineda y las “arrecogías” ante la Reverenda Madre María de la Trinidad), escrita en 1969-70. Esta obra fue estrenada en el Teatro de la Comedia de Madrid en 1977, bajo la dirección de Adolfo Marsillach. Sin embargo, fue publicada en “Primer Acto” 169.1974 y en “El teatro y su crítica” (Málaga: Excma. Diputación Provincial, 1975).
Por otro lado, la puesta en escena de esta segunda obra fue prohibida hasta 1977, aunque esto no impidió, como ya he reseñado, su publicación en 1974 y 1975. En 1980, se escenificó, en inglés, por la Penn State University Resident Theater Company, dirigida por Manuel Luque. Ese mismo año, bajo la dirección de Jacinto Soriano, se estrenó, en francés, por alumnos de Arte Dramático de la Universidad de la Sorbone Nouvelle en París. Ya, en 1988, se representó, en inglés, en el Festival Internacional de Edimburgo por la Oxford Theatre Group. En esta ocasión fue dirigida por Robert Lima.
José Martín Recuerda pertenece a la “Generación realista”. Esta “Generación” comprende desde la mitad de la década de los 50 hasta los últimos años de la de los 60. Pertenecieron a ella dramaturgos (Antonio Gala, José M. Rodriguez Méndez, Lauro Olmo Gallego, Ricardo Rodríguez Buded y Carlos Muñiz) que produjeron obras de protesta y denuncia en contra de lo que ellos consideraban corrupción política.
Después de la “Generación realista”, conocida también por el nombre de la “Generación del realismo crítico”, empieza en el último tercio de los años 60 un teatro experimental y vanguardista con varios dramaturgos innovadores como Luis Riaza, José Ruibal, José Maria Bellido, Francisco Nieva, Martínez Mediero, Matilla y García Pintado. El teatro de estos autores es crítico y político, con tendencias hacia la abstracción y el simbolismo. Las influencias teóricas más marcadas de estos dramaturgos son las de Ramón M.ª del Valle-Inclán (teatro esperpéntico), Bertolt Brecht (teatro de distanciamiento o enajenación), Antonin Artaud (teatro de la violencia) y Samuel Beckett (teatro del absurdo).
Tras la dictadura del general Franco, el teatro español ha dejado de lado el texto literario. El nuevo teatro es experimental y en especial “espectacular”, como demuestran los grupos teatrales Tábano, Els Joglars y Los Goliardos, que utilizan múltiples técnicas teatrales como la pantomima, los títeres y el circo, el cabaret y la revista musical… Se enfatiza en este teatro la expresión corporal y gestual, así como los elementos plásticos y sonoros.
Otras obras, entre otras, de Pepe Martín Recuerda, además también de las dos ya reseñadas, son: “Las ilusiones de las hermanas viajeras” (1955), “El teatrito de don Ramón” (premio nacional Lope de Vega, 1959), “¿Quién quiere una copla del arcipreste de Hita?” (1965), “Las conversiones” (1981), “El carnaval de un reino” (1983), “La Troski” (1984), “La cicatriz” (1985), “El Amad's” (1986), “Una tienda junto al agua” (1991), “El lenguaje de las fuentes” (premio nacional de narrativa, 1993), “Marea oculta” (1994), “La vida nueva” (1996), “El pequeño heredero” (1997), “Las historias de Marta y Fernando” (premio Nadal, 1999).
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