Un español con corazón marroquí.
Recientemente, recibimos desde Cartagena una emotiva carta electrónica de don Emilio Mate Gómez, hijo de aquél médico tetuaní don Emilio Mate.
Por su importancia la reproducimos pese a que llevaba un sello de "personal"
Los primeros recuerdos que tengo de mi vida no son muy agradables, coincidieron con la guerra de España.Nací en Tetuán, mi ciudad, en el p feliu (1930), después Dr. Duaso (1950), ahora no se su nombre, cerca de la PL. Al-Adala (la justicia), ¡que nombre mas apropiado para lo que tendría que ver mis ojos de niño de 6 a 7 años, ya que nacía a finales del 30.Vi injusticias en Ceuta, vi cosas que ningún niño del mundo debería sufrir, sea español, palestino, iraquí...... o de cualquier parte del mundo.Vi morir a compañeros de mi padre y mi `propio padre estuvo a punto… pero dejemos eso. Hoy doy gracias a dios, al mas grande, porque me dio por padre a un gran hombre.ya fuera en la `prisión del hacho de Ceuta, ya fuera en el campamento de dar Riffien, recluido, ya en Ceuta cuando lo soltaron, y mucho mas en mi querido Tetuán era querido por todos. Los propios carceleros, los tribunales, lo del otro lado político, los de cualquier religión, ... para todos tenia palabras de apoyo, de animo, de esperanza. De consuelo recuerdo su figura echando el brazo por la espalda, por detrás, de la persona a la que consolaba.en Tetuán, mi ciudad amada, ya en el año 1944, se estableció civilmente, y se dio por entero a la medicina, yo iba con él cogido de su mano, quería que yo fuera médico, con él recorrí las kabilas, las aldeas, pueblecitos, a veces chozas casi abandonadas, alrededor de mi ciudad, a veces Xauen, a veces Larache, a veces Bab Tazza...recuerdo el cariño con él que era recibido, se arremolinaban alrededor de su viejo coche, el no cobraba dinero, pero no le faltaban gallinas, huevos, patas de cordero..... las mejores.recuerdo en la consulta en la c Yussef Ibn Tachffine con paciencia con humanidad veía a enfermos de todas clases españoles, marroquíes, judíos, de distinta condición, pobres y ricos, no pregunta su política, no le interesaba mas que tratar con humanidad a la persona.Mi padre me enseñó una medicina que no se estudia en los libros, a mi no me la enseñaron en granada, mas tarde, pero mi padre me enseñó algo muy importante:Amar a Marruecos, amar a sus gentes, comprender sus problemas, entendió que la tierra marroquí era Marruecos, admiraba a Mohammed V, de imborrable recuerdo. Mi padre me enseñó palabras en árabe, me enseñaba a comer sus comidas, y me llevaba al final del Ramadan (en la pascua) a repartir paquetes con harina, azúcar, aceite... a la beneficencia musulmana ( tengo una fotografía de 1966, hecha por Mohammaed Lebboh a la entrada de la luneta.... la guardo en mi corazón.) me llevaba a las bodas, a las fiestas... le invitaban siempre.Dios mío¡¡ que recuerdos tengo de Tetuán, lo llevo tan en mi corazón, que muchas veces me pregunto que hago aquí ¡en una tierra extraña de adopción que me acogió bien, pero que no es mi tierra¡. En 1972 abandoné Marruecos, me salió trabajo en el hospital de Cartagena, y la presión de la mujer, el colegio del hijo, un puesto fijo de jefe de servicio en un hospital.... y me vi en medio del estrecho, abandonando mi tierra, en medio del estrecho me quedé...ahora tengo la TV marroquí, muchos amigos que me hacen kus-kus, taialnana, y sus comidas que como llorando.... y cuando me preguntan que de donde soy contesto muy orgulloso que nací en Tetuán, la paloma blanca, la ciudad de las mil fuentes, la ciudad mas hermosa del mundo. Me lo enseñó mi padre y era de un viejo pueblo de castilla. a querer al noble pueblo marroquí de la ciudad y del campo, sufrido, fuerte, conocedor de la vida. Me lo enseñó mi padre.recuerdo el día que me vine, aparque mi coche frente al teatro español, y a pié crucé por la plaza de España delante de sus cafetines, olor a te, a azahar, a jazmín... entre por la c comercio despidiéndome de mil amigos, llegué a la mezquita grande, al zoco del pan.... no pude mas me volví llorando como un niño al coche camino de Ceuta... ¡tantas veces como crucé esas calles primero con mi padre y acompañado por el familiar del enfermo ..... Después yo solo a extraer sangre para analizarla en el laboratorio de análisis que tenia encima del cine avenida¡ a veces el dueño de la casa se inclinaba rezando, cuando yo entraba en su domicilio, y yo le decía a su mujer...¡¡déjalo, no le interrumpas ¡¡ así es como mejor está el hombre hablando con dios, el mas misericordioso, el mejor médico. Mi padre me enseñó a respetar y me dijo que orar hacia mas que la medicina, cuando el hombre era sincero, sencillo y respetuoso con todos.Lástima que muriera fuera de esa tierra que tanto amó, en un lugar desconocido y donde nadie sabia quien había muerto.
El mati, Emilio, el Dr. mate, nuestro hermano.... le llamaban de muchas maneras pero a mi se me ha quedado su " hai, alail" su marhabat que decía a todos....como esta tu saw^yat y el walad....? Sabia bastante árabe pero al lado de su maquina de escribir tenia una hojilla de papel con frases hechas, que la guardo como un tesoro, eshanaburberda (fiebre con escalofríos....), y tantas cosas.Primero se fue a málaga sobre los 70, con el pensamiento de jubilarse.... no lo resistió volvió a los pocos meses a la misma casa (yo me había quedado con su domicilio en Tetuán Yussef Ibn Tachffine, y me tuve que ir al cine avenida 1º piso), pero ya esta muy anciano y en el 72 se vino a España con sus hijos y a vivir un final de vida lleno de nostalgia marroquí. Murió a los 85 años.Yo amo a Marruecos porque es mi tierra, pero también porque mi padre me enseñó a amarlo.
Amo a Marruecos por sus gentes, por su forma de ser, por su nobleza, sencillamente porque es el pueblo en donde nací.
Pidamos a dios que en su misericordia lo tenga en el paraíso marroquí que se ganó es el él mas justiciero.Abrazos para los que recuerden al Dr. mate, al mati, a don Emilio, ....al medico y al amigo.
Los que curaba entonces hoy son ya mayores, y solo los de bastante edad lo recordaran un abrazo para Tetuán de mi corazón. Mi cuerpo esta en España mi espíritu en Marruecos.
Emilio Mate Gómez
Cartagena 21 de junio 2006
Carlos Tessainer novela el exilio español en Marruecos
ResponderEliminarEl historiador narra en 'El árbol del acantilado' la historia de amor entre un cristiano y una judía
EFE
sevilla. El profesor Carlos Tessainer (Tetuán, 1956) narra en el libro El árbol del acantilado (Sarriá) el exilio de los españoles al norte de Marruecos a través de una historia de amor real entre una judía y un cristiano a principios del siglo XX. Como en su título anterior, el autor sitúa la trama en la ciudad de Arache, en la que pasó diecisiete años de su vida y de la que dijo haber rescatado historias de la niñez y de aquella época.
El escenario en el que se desarrolla la historia de amor entre los protagonistas es "el resto de una ciudad colonial" compartida por personas "muy pintorescas" y de toda clase social.
Aunque el carácter multirracial de los protectorados españoles en África no facilitaron –reseñó– la unión entre personas de diferentes religiones, sin embargo, "no he querido reflejar el conflicto, sino un verdadero ejemplo de comprensión". La novela trata el romance entre una hebrea y un cristiano "que se quisieron tanto que llegaron a ser el modelo de pareja entre los vecinos de la localidad".
El autor quiso dejar claro que no se trata de una biografía, "novelo lo que ocurrió y en ningún momento quería meter dedo en la llaga y molestar a los familiares que aún viven". La historia arranca en la década de los treinta, con la proclamación de la II República , y posee un trasfondo histórico muy importante en el protectorado español.